martes, 3 de noviembre de 2009

Refleja bastante bien las cualidades que ha de tener un buen médico

Esta película me ha resultado muy original y profunda.
Creo que se refleja bastante bien las cualidades que ha de tener un buen médico.
El doctor Sachs es una persona con una alta empatía y no cae en el error de muchos médicos de ver en el paciente una enfermedad, o una persona con una dolencia específica, sino que aparte de tratarle sus afecciones, los escucha, los acompaña en su sufrimiento, está con ellos, los comprende.
Esta película enseña el valor de la comunicación médico-paciente. El diálogo es el primer instrumento diagnóstico y de tratamiento. La palabra es muy importante en medicina.
Este film nos enseña que cada paciente es un mundo, una historia compleja. No se puede estudiar la enfermedad de manera aislada, sino que tiene sus consecuencias en las demás facetas de la vida del paciente y de sus familiares (por ejemplo, en la película aparece como repercusión de una patología mental de un hombre la angustia de su anciana madre).
Reconozco que mientras veía la película he sido capaz de sentirme en la piel del doctor Sachs y en la de sus pacientes. He mirado al doctor desde los ojos de los pacientes. Me resulta muy interesante el hecho de anotar su día a día de su quehacer médico. Creo que los médicos deben reflexionar sobre lo que realizan en su jornada laboral, aunque no necesariamente haciendo anotaciones, sino simplemente meditando al final del día unos instantes. Esto ayudaría a no olvidar los conocimientos adquiridos en la práctica de cada día, y también ayudaría a darnos cuenta de nuestros errores como profesionales y evitar volverlos a repetir. Por supuesto es una buena terapia para el protagonista de la película el escribir sobre su actividad, le ayuda a desahogarse y le calma un poco el dolor.
Bruno Sachs es una persona muy humana, muy cercana a sus pacientes, muy fiel a sus principios y volcado en su profesión. Admiro su humildad, él es consciente de que tiene límites, que no puede curarlo todo, y odia la arrogancia y la soberbia de muchos médicos.
El protagonista no se distancia emocionalmente del sufrimiento ajeno, se ve muy afectado por los males de los pacientes y de la sociedad, y esto le enferma. Tiene miedo del sufrimiento, es muy sensible, pero gracias a la ayuda de Pauline es capaz de curarse de su enfermedad.

Pilar Lozano Morillo

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